Música

viernes, 8 de marzo de 2013

Ball Moro. 50 años y más

Publicado originalmente en el Programa de Fiestas de 2013.

Baile en el Castillo. 1963. Archivo: Morenet
En 2013 se cumplen 50 años desde que se retomara esta parte característica singular de las fiestas de Moros y Cristianos y particular de la comparsa de Moros Vells. En aquellas fiestas de 1963 el Ball Moro fue interpretado por mujeres y así ha continuado hasta nuestros días. En estas fiestas de 2013 también será interpretado por hombres; y es que así fue en sus inicios. ¿Por qué se produjo el cambio?, ¿Cuáles son sus orígenes?, ¿Qué opinan quienes lo bailaron? Para responder a estas preguntas hemos entrevistado a José Luis Vañó Pont (n. 1947) , escritor de varios libros sobre Banyeres y sobre los Moros Vells, Celestino Berenguer Calabuig (n. 1921), memoria viva de la Comparsa y participante en el Ball Moro en los años 40 y 50 y Magda Belda Llopis (n. 1945), una de las organizadoras y bailarinas de aquel 1963. 
Organizando los archivos de la Comparsa de Moros Vells, allá por los años 90, se encontraron partituras con los compases del Ball Moro redactadas y fechadas en 1891, en un documento que Juan Castelló Mora, experto en papel, analizó y corroboró que efectivamente podían corresponder con esa fecha; y Jorge Belda Mora, músico, comentó que seguramente estuvieran completas, que no faltaban instrumentos, siendo las partituras más antiguas de las que se dispone. 
El autor de la música fue el banyerense D. Vicente Albero Vañó “Corlintos”, clarinete de la banda musical de Banyeres, y el de la coreografía D. Antonio Miró, alcoyano residente en Banyeres. En el año 43 D. Godofredo Garrigues, director de la banda de música local, completa, por encargo de la Comparsa, la partitura con nuevos instrumentos musicales. 

 
Celestino Berenguer. 2012
El Ball Moro que conocemos es singular tanto en música como en coreografía. En música porque se aleja de los compases típicos de la música festera (compases binarios “ta-tá, ta-tá, ta-tá” usuales en los pasodobles, las marchas militares o himnos). El compás usado es un compás ternario (“ta-ta-tá, ta-ta-tá”, típico del valls o de algunas polkas). Una pieza muy difícil; tanto que los músicos no suelen interpretarla si no hay un director dirigiéndolos. Al por qué del uso de este compás dentro de unas fiestas de Moros y Cristianos no podemos responder con certeza. Quizá porque es mucho más animado y apropiado para las figuras realizadas en la coreografía. De hecho en otras poblaciones -Petrer, Biar, Agost, Cocentaina o Callosa D´En Sarrià- existen danzas especiales que usan compases similares -jotas, habaneras...- y también realizan coreografías únicas que requieren entre 8 y 20 bailarines. 

Magda Belda. 2012
 La coreografía está basada en figuras realizadas por 12 bailarines enfrentados 6 a 6, pudiendo ampliarse a 24 o 48 personas que realizan los mismos movimientos. Son pases realizados por parejas de panderetas, arcos o banderas. Estudiando otros “bailes moros” de la Comunidad Valenciana, el nuestro bien puede entrar en la categoría de danzas rituales, que se realizan por un número fijo de bailarines y con el significado de honrar a una imagen religiosa, el Capitán, la Bandera, un acontecimiento histórico o especial... De hecho actualmente se representa 3 veces durante las fiestas: antes de la entrada al maset de los Moros Vells de capitanes, autoridades y bandera (Día del Patrón Sant Jordi), tras la embajada cristiana (Día de Moros y Cristianos) y tras el Despojo en La Malena (Día del Santo Cristo). Aunque en sus inicios se bailaba, entre otros lugares, delante de la Ermita de La Malena, en la actual Plaza del Ayuntamiento y en la Calle Mayor, delante de la casa de Antonio Miró, cerca de lo que hoy es la Casa Abadía. 
En otros pueblos, las danzas son realizadas por componentes de varias comparsas, moras o cristianas, por hombres, mujeres o grupos mixtos, en alegoría muchas veces de las luchas entre moros y cristianos. No parece que nuestro Ball Moro tuviera ese significado, pensado desde el principio para los Moros Vells. Quizá sí algún baile previo ya perdido. Y es que antes de éste Celestino Berenguer recuerda que le hablaron de otro baile, el Baile de las Brujas, que realizaban también los Moros Vells alrededor del castillo. 


Baile en La Malena. Años 50. Archivo: Morenet

Baile en el Santo Cristo. 1963. Archivo: David Berenguer
 Ya antes de la Guerra Civil el Baile Moro estaba cayendo en desuso como relata Amparo Calabuig, por falta de renovación de bailarines. A principios de los 40 se retomó y a finales de los años 50 el baile fue decayendo. Los bailarines seguían siendo prácticamente los mismos desde hacía lustros, tenían otras responsabilidades y faltaban nuevas caras que dieran el relevo -la Comparsa contaría por entonces con unos 100 festeros-. En 1963 el Capitán de los Moros Vells Enrique Molina Picó “Madama” decidió recuperarlo incluyéndolo en la Entrada Mora. Sería bailado entonces por mujeres y con traje especial de boato. Él mismo ensalzaría esta decisión en el Programa de Fiestas del año siguiente, elogiando que desde sólo unos años atrás apareciera la mujer como esencia importante de la Fiesta; el sol y los perfumes de la Sierra de Mariola equilibrando el fuego, atuendos guerreros y truenos. 
A los hombres les vino bien la entrada de mujeres. “Que lo bailen las mujeres que lo harán mejor que nosotros”, nos comenta Celestino Berenguer que decían en aquel 63. El grito de la mitad del baile también sonaría mejor. 

 Magda Belda, sobrina de aquel Capitán, fue la encargada de reclutar a las 12 bailarinas. Según relata, una tarea costosa por lo novedoso del reto y quien sabe si también por ser un acto clásico de hombres en una Fiesta que empezaba a abrirse a las mujeres. Hasta a la salida de las fábricas del lugar tuvo que acercarse para convencer a otras chicas, incluso de otras comparsas. Los ensayos los dirigieron los anteriores bailarines y el Baile Moro de aquel año fue un éxito. Entusiasmadas, lo realizaron en muchos actos durante esos días y ya al año siguiente no hubo problema para encontrar voluntarias. Hoy apenas hay chicas de la Comparsa que no lo hayan bailado. Su interpretación se ha interrumpido en algunos años, pero forma parte del Programa Oficial de Fiestas desde 1998. Incluso hay referencias al mismo en programas de principios del siglo XX. 

 Este año lo volverán a bailar hombres junto a las mujeres que lo han mantenido vivo estos 50 años. Hace varias décadas ya se intentó recuperar la participación masculina, pero no se consiguió. Encontramos similares dificultades que en 1963: “es que es un baile de mujeres”, “si lo bailaban hombres es porque las mujeres no participaban en la fiesta”. 70 años iniciales de baile masculino y ejemplos en otros pueblos de danzas sin distinción de sexos nos permiten afirmar que esto no es un baile de hombres o mujeres. Esto es un ball moro patrimonio de todo un pueblo. 






 Bibliografía: 
- Enrique Molina Picó. ¡Paso a Su Majestad la mujer a la fiesta!. Programa de fiestas de 1964. 
- María Amparo Calabuig. Notas sobre una tradición festera. Programa de fiestas de 1967. 
 - Amado Blanquer i Ponsoda. El Ball dels Moros. Programa de fiestas de 1984. 
 - José Luis Vañó Pont. Moros Vells. p. 32-34. Valencia. 1994. 
- José Luis Vañó Pont. Manta a Cuadros. p.75-80. Alicante. 2008. 

Agradecimientos: 
- A los entrevistados por su disponibilidad y memoria, a Carlos Cortés Sempere por su intermediación y tardes de tertulia y recuerdos, a FotoVídeo Morenet por su archivo y colaboración, a mi familia por su paciencia, a los Moros Vells por conservar tradiciones. Y por supuesto a Reina Gil Ribera y Alicia Sempere Beneyto por ser pacientes y dirigir los ensayos para este 2013 y al resto de compañeras y compañeros de baile por esta experiencia única.

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